Muchos pacientes pasan por consulta con dolor tras haber sido sometidos a una cirugía de juanetes. Esto les desespera ya que el les dolía antes de operarse y confiaban en solucionarlo con la cirugía.
El hallux valgus o «juanetes» son una desviación del metatarsiano con la falange. Esto provoca una prominencia ósea llamada bunion, lo que vemos y llamamos comúnmente como «bulto» y que se solventa quirúrgicamente «poniéndolo recto»,hasta aquí todo común y conocido. El problema viene cuando ese pie, intervenido en una mesa quirúrgica , en descarga, sin apoyos, tiene que moverse y recibir carga, es decir, caminar. Una cirugía de juanetes resulta exitosa cuando el pie es «funcional «. Aquí viene los problemas.
El origen del hallux valgus suele ser normalmente alteraciones biomecánicas:
-Hipermovilidad del primer radio.
-Hiperpronación del pie.
-Hiperlaxitud ligamentosa.
-Debilidad de la musculatura intrínseca.
-Debilidad del tibial posterior.
Lo que quiere decir, que aunque eliminemos el bunion y veamos un dedo recto, este problema puede volver a suceder y además no ser la solución a los dolores si no eliminamos la causa que lo originó.
Otro problema que puede abordarnos son las fijaciones, tornillos y clavos que hacen que el primer dedo no sea funcional, encontrándonos con un hallux limitus o rígidus y sus nefastas consecuencias para la marcha. Necesitamos realizar la flexión dorsal del primer dedo para despegar el pie del suelo, siendo patológico su déficit , trasladando la carga a los metatarsianos vecinos, con lo que aparecerán «callos» y metatarsalgias.
Para ello, tras la intervención quirúrgica, lo más acertado es realizar un estudio biomecánico de la pisada. De este modo se podrán solventar las alteraciones que originaron los juanetes y también las producidas a consecuencia de una mala pisada por una insuficiencia del primer dedo o por la marcha antiálgica para evitar el dolor.