Hay tres tratamientos que van a cambiar la evolución del dolor de tu talón.
Son muy efectivos, pero siempre que se haga previamente un buen diagnóstico y se haga una buena estrategia de tratamiento.
Infiltraciones de corticoide
Indicadas para fascias inflamadas , sólo inflamadas.
Funcionan, pero sólo si se hacen bien. No existe una infiltración milagrosa, sino una indicación precisa. El secreto está en el diagnóstico: entender qué estructura está dañada y en qué fase del proceso se encuentra.
El corticoide es un potente antiinflamatorio que puede aliviar el dolor de forma casi inmediata, pero cuidado si:
– Se aplica sin diagnóstico.
-Se aplica con un diagnóstico erróneo.
-Se aplica sin ecoguiar.
-Se aplica en una fascia degenerada.
En estos casos, podría ser perjudicial.
Terapia biológica, plasma rico en plaquetas ( PRP)
El Plasma Rico en Plaquetas estimula la regeneración natural del tejido.
Es ideal en lesiones crónicas, cuando el cuerpo ya no responde solo.
Pero no es cuestión de extraer sangre y pinchar: hay que saber concentrarlo, activarlo y aplicarlo en el plano correcto. La técnica y el momento en el que se decide hacerlo marca la diferencia entre un buen resultado y una decepción.

Colágeno
El colágeno es el soporte estructural de nuestros tejidos. Cuando hay degeneración o pérdida de elasticidad, infiltrarlo ayuda a reparar desde dentro.
Se suele combinar para una mayor eficacia con PRP para potenciar la regeneración.
¿Cómo saber que tratamiento me viene bien?
Siempre empezamos con un diagnóstico integral:
-Exploración clínica.
– Ecografía con elastografía.
– Análisis del tipo de lesión y del momento evolutivo.
-Estudio biomecánico de la pisada.

Ecogarfía con elastografía para medir objetivamente la elasticidad y rigidez de la fascia.
Elegimos la estrategia con coherencia en función del diagnóstico: puede ser corticoide si hay inflamación, PRP si hay degeneración o colágeno si hay daño estructural. No se trata de infiltrar por infiltrar sino de curar bien.
Por supuesto, tras la cura del tejido, ya sea bajar la inflamación o regenerarlo, hay que buscar el origen del problema y solucionarlo, para que no haya recidivas.
Corticoide, PRP y colágeno son tres tratamientos excelentes. Pero sin diagnóstico, ninguno sirve. La clave no es el producto, sino la precisión del diagnóstico, que es el 80% del éxito del tratamiento.
