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Las lesiones son el lastre, con el que tienen que lidiar los corredores tanto profesionales como amater durante su vida deportiva. Todos quieren salir a rodar y regresar a casa sin dolores, para que al día siguiente puedan sacar su entreno y desempeñar las actividades de vida diaria y laboral con normalidad.

Hay muchas maneras de prevenir lesiones: una buena alimentación, descanso, buena técnica de carrera, buen material, y una importante, que es revisar la biomecánica de la pisada y la carrera. Es fundamental que nuestras estructuras anatómicas tengan una respuesta fisiológica correcta ante el gesto deportivo, en este caso la carrera. Y la forma de estudiarlo es mediante el análisis de esta.

Cómo ha de hacerse este estudio? Debe constar de varias partes, cada una de ellas estructurada y analizada con detalle para obtener la máxima información y así detectar posibles alteraciones que puedan dar patología.

Partes del estudio biomecánico de la carrera:

ANAMNESIS: Realizar una completa anamnesis, recabando información relevante acerca de: Peso, antecedente de lesiones, tipo de zapatilla, terreno por el que corre, distancia en la que compite. Es un punto importante, que el profesional que realiza la anamnesis, este familiarizado con estos términos y factores, ya que pueden ser determinantes.

EXPLORACIÓN EN CAMILLA: Exploración exhaustiva de miembros inferiores de forma bilateral y comparativa (muy importante): Valoraremos  fuerza, acortamientos, flexibilidad, sistema musculo-tendinoso, fascial y nervioso a nivel ecográfico y  posibles dismetrías. No solo los miembros inferiores forman parte de la carrera, por lo que también valoraremos la pelvis y la columna, la cual tratamos de cuidar para proporcionarla una larga y saludable vida.

BIPEDESTACIÓN ESTÁTICA: Análisis de test estáticos en bipedestación para valorar máxima  pronación, hallux ( límitus y rígidus, causantes de numerosas alteraciones biomecánicas) estabilidad, resistencia a la supinación etc.

BIPEDESTACIÓN DINÁMICA: Observación minuciosa en cinta de correr y en plataforma de presiones, estudiando e interpretando con criterio, los datos que esta última nos aporta: relación del centro de gravedad, velocidad en las distintas fases de la carrera, tiempo de vuelo, presiones plantares.

Cada una de estas partes ha de ser analizada y estudiada por el especialista, para valorar nuestra anatomía y fisiología a la hora de correr. Así, lo que tratamos, junto con las recomendaciones oportunas acerca del tipo de calzado y el posible tratamiento , en el caso de que hubiera alteración, por medio de plantillas a medida , y siempre, especiales para la carrera o de otros tratamientos acordes con la lesión desde el más conservador hasta la cirugía, es de evitar lesiones predecibles, fruto de alteraciones en la pisada como puedan ser: fascitis plantares, periostitis, fracturas por estrés (tibia distal y segundo metatarsiano de forma más frecuente), neuromas de Morton, atrapamientos del tibial posterior, distensión de los peronéos etc.

Correr es un placer, que no queremos que se convierta en una tortura, a consecuencia de una lesión. Por ello, la mejor cura es la prevención.

 

 

 

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