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Los niños también sufren dolor de talón, y no, no siempre es “por el crecimiento”.

En la clínica escuchamos esta frase con frecuencia:

“Mi hijo se queja de los talones, pero me han dicho que es normal, que está creciendo.”

Y aunque suena tranquilizadora, no es del todo cierta.

Cuando un niño tiene dolor, el cuerpo está dando un aviso: algo no se está adaptando bien.

Empecemos por el principio: los núcleos de osificación.

¿Qué son los núcleos de osificación?

Durante la infancia , muchos huesos del pie no están completamente formados, si no que son en gran parte cartílago.

Con el tiempo y el movimiento aparecen pequeños centros de osificación, como si fueran «semillas de hueso «. Estos empiezan a formarse y a fusionarse los hasta que se conviertan en huesos fuertes.

Y no todos los huesos se osifican y forman a la misma edad. Cada hueso tiene sus núcleos de osificación que comienzan y terminan a una edad.

El proceso de osificación es maravilloso: el cartílago se transforma poco a poco en hueso sólido, pero necesita:

-Tiempo.

-Movimiento equilibrado .

-Estímulos adecuados.

Y si alguno de esos factores se desequilibra (demasiado impacto, calzado rígido, exceso de deporte…), el sistema protesta: con dolor.

¿Qué ocurre en el talón?

El talón, o calcáneo, es el hueso más grande del pie, y no nace completamente formado.

Tiene dos núcleos principales:

  1. Núcleo primario de osificación → aparece hacia los 6-8 meses de vida intrauterina, es decir, cuando el bebé todavía está dentro de la mamá.
  2. Núcleo secundario de osificación → aparece alrededor de los 7 a 9 años de edad, ya fuera del útero, y se localiza en la parte posterior del talón, justo donde se inserta el tendón de Aquiles.
    Este núcleo secundario, es el que más problemas da durante la infancia.

¿Por qué ese núcleo puede dar problemas en la infancia?

Fundamentalmente por 2 motivos:

-Es sensible a la tracción.

Porque justo ahí tira constantemente el tendón de Aquiles, especialmente cuando el niño corre, salta o practica deportes de impacto.

¿Entonces no es normal que le duelan los talones por el crecimiento?

El talón en condiciones de no tracción o no desequilibrio de fuerzas no duele. El talón duele cuando:

El cartílago recibe demasiada tensión o microgolpes repetidos y se inflama.

Esa inflamación se llama apofisitis calcánea o enfermedad de Sever.

Es una señal de que el calcáneo está sufriendo mientras intenta madurar

Síntomas habituales que presenta el niño.

El niño empieza a quejarse de:

Dolor en los talones al correr, al saltar, o incluso al apoyar después de estar sentado.

-A veces cojea.

Camina de puntillas para evitar el apoyo.

-Le duelen las piernas.

Termina su actividad deportiva con dolor y cojeando .

-El dolor tras la actividad deportiva les dura varias horas, incluso días.

¿Cómo se diagnostica?

Es sencillo y no es necesario radiar al niño, ya que tendrá entre 8 y 13 años cuando sufra este dolor y es mejor evitar radiaciones, a menos que sea necesario o el dolor venga por un impacto, para descartar alguna fractura.

Hay 2 cosas básicas:

-Exploración clínica, estudio biomecánico de la pisada.

Exploración ecográfica.

Todo debe ir unido en una misma consulta y exploración. Con esto, se obtienen los datos suficientes para saber si el niño padece la enfermedad de Sever.

¿Y el tratamiento?

El tratamiento se basa en :

-Plantilla ortopédica a medida con unos elementos específicos para esta patología.

-Medidas antiinflamatorias: crioterapia.

-Estiramientos de la cadena muscular posterior.

-Reposo deportivo hasta que finalice la fase aguda.

Lo importante es no dar por hecho que el niño tiene que sufrir dolor por el hecho de que esté creciendo. Si duele, hay que acudir al especialista y valorar con un estudio de la pisada , ecografía y exploración clínica.

Poner tratamiento para distribuir cargas y que el talón se desarrolle correctamente es vital para evitar problemas en la edad adulta.

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