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El pie es la base de nuestro cuerpo, el que soporta todo nuestro peso y además nos facilita la propulsión para que podamos caminar y correr. Este es un motivo más que suficiente para tener un pie fuerte .

Son nuestros pies los primeros que reciben el impacto contra el suelo y se encargan de mantener estables las articulaciones inmediatamente superiores: tobillo, rodilla y cadera. Esto influirá directamente en como nuestra columna absorba el impacto del suelo. Así, si tenemos una correcta biomecánica y un pie fuerte, evitaremos lesiones:

-En el pie: fascitis plantar.

-En el tobillo: esguinces repetidos por inestabilidad.

-En la rodilla: esguinces y meniscopatías.

-En la columna: protusiones, sobrecargas musculares etc.

El pie está formado entre otras estructuras , por músculos:

-Extrínsecos: los que se originan en la pierna y se insertan en el pie. Nos ayudan a realizar la flexión del pie, la inversión y eversión.   FOTO

-Intrínsecos: estos se originan y se insertan en el propio pie. Nos permiten mover los dedos.

Los músculos intrínsecos son muchas veces olvidados , aun siendo su función clave para:

-Propulsión.

-Estabilización del pie.

-Sostén del arco plantar.

Fortalecer los músculos del pie, tanto los intrínsecos como los extrínsecos,  y acompañarlos de ejercicios de propiocepción sobre “superficie estable”, es importantísimo para prevenir lesiones. En corredores esto cobra una importancia mayor, pero también es fundamental  para rehabilitar, después de haber sufrido patología por cualquier grupo de personas, independientemente de la actividad.

¿Y cómo hacemos esto?

Existe el concepto llamado corefoot, en el que se reúne lo que se ha mencionado anteriormente, fortalecer toda la musculatura para tener un buen armazón y una estupenda herramienta de propulsión.

Hay varios ejercicios que se pueden realizar:

Comprimir el arco plantar, como si quisiéramos acercar el talón y los dedos, manteniendo a estos siempre en contacto con el suelo y evitando flexionarlos y mantener 3 segundos.

 

Elevar los dedos de los pies y mantener 3 segundos. 

 

Encoger los dedos y mantener 3 segundos.

 

 

Con una banda elástica con cierta tensión, bajamos hasta la mitad y mantenemos 5 segundos.

 

 

 

Con una banda elástica y cierta resistencia, hacemos movimiento de flexo- extensión.

Cada ejercicio tiene una serie de repeticiones adecuadas al paciente, a la actividad, a la biomecánica propia, a la lesión o patología que sufra o haya padecido. Por ello, antes de ejecutar un plan de entreno para nuestros pies, lo mejor es recibir consejo de un especialista del pie. Mediante el estudio biomecánico de la pisada, detectará las debilidades y deficiencias del pie en la marcha y en la carrera, y ajustará los ejercicios y el posible tratamiento ortopédico necesario, para realizar nuestras actividades de vida diaria y  deporte con seguridad.

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